jueves, 18 de agosto de 2011

Si nos comparamos con Europa


“Ay no, pero es que si nos comparamos con Europa…” Bueno, en un benchmarking las empresas se comparan con las mejores del sector para copiar las mejores prácticas y lograr mejores resultados. Si las empresas se compararan con las peores, pues sencillamente saldrían ganadoras siempre y no habría nada que mejorar. Un día después de haberse comparado con todas las empresas mediocres hasta llegar a la peor, entenderá que solo le queda dos caminos: desaparecer, porque es la peor del sector o empezar a compararse con las mejores para empezar un camino de mejoramiento.
Parece ser que para el colombiano, es mejor comprarse con Haití o Somalia (con el respeto que merecen todos los países, la situación por la que atraviesan este par es lamentable); en ese benchmarking ganaríamos siempre y no habría nada que mejorar. Una típica Colombianada más.  Yo si pienso que no sólo podríamos compararnos con Europa, sino que es un deber hacerlo. O será que es mucho pedir que el estado cubra la salud, la educación, proves medios de transporte masivos decentes, una pensión digna. Finalmente el estado somos todos, representados es un grupo de personas que se encargan de que este tipo de cosas se lleven a cabo.
“Ay no, pero es que si nos comparamos con Europa… podríamos vivir mejor”

miércoles, 3 de agosto de 2011

El afán de perpetuarse.



Desde que la raza humana descubrió la forma de hacer referencia al pasado, ha desarrollado un gran cantidad de habilidades que le permiten revivir momentos y experiencias que ocurrieron antes de que ellos hubiesen nacido.

La forma más primitiva que desarrolló el  humano fue el lenguaje oral. Le sirvió para comunicarse  y expresarse, pero ante todo para transmitir lo que ya se había experimentado anteriormente por los antepasados.  El lenguaje oral evolucionó al escrito en forma de pinturas rupestres que inclusive hoy día después de veinte mil años siguen siendo una fiel representación de la conservación de un pasado remoto.

Probablemente la mejor invención del mundo antiguo fue la escritura. Con su creación los humanos lograron perpetuar y reproducir fielmente gran parte del conocimiento y experiencia adquirida en el pasado. Lastimosamente, al principio la escritura y por consiguiente la lectura era un privilegio de unos pocos que se creían con más derechos que otros para dominar los recuerdos y memorias del pasado. En lo que concierne a la escritura, la gran revolución surge cuando se inventa la imprenta y empieza la producción en serie de libros. Nunca antes había sido tan fácil tener acceso al pasado y a nuevos mundos.

La época moderna se caracteriza por presentar su realidad desde los ojos de sus propios habitantes en forma de libros, pinturas y dibujos. La visión y las palabras son detalladas minuciosamente en grandes libros y pinturas de un realismo impresionante. El pasado era ya una circunstancia dominada y el camino hacia la perpetuidad ya no era un sueño.
La historia avanzó durante muchos años siglos al ritmo de la pintura y los libros hasta que en el siglo XIX aparece la fotografía y se convierte en la mejor reproducción de la realidad de los hechos y las historias de la gente de esa época. Justo al final de ese siglo, los hermanos Lumiere logran darle movimiento a esas fotos y crean el cine. Sólo bastaron unas pocas décadas para que esas fotografías con movimiento pudieran hablar y tener sonido. Con el cine el pasado y el presente fue contado por las personas de la época con un toque de fantasía y de surrealismo. Ya el pasado no era una preocupación. El presente se convirtió en la obsesión de los habitantes de mitad del siglo XX. Perpetuarse ya no era una cuestión del pasado, el hombre moderno se perpetua desde la perspectiva de hoy y mirando al futuro. La propaganda es el mejor ejemplo de esto. Perpetuarse se convierte en una actividad presente en la que se influencian las masas para obtener un resultado en el futuro cercano. En el documental “The Century of the Self” de la televisión británica se ve claramente como la perpetuidad se logra con el dominio de las mentes en el presente y para siempre, pero ese es otro tema del que no se hablará hoy.

Gracias a las nuevas tecnologías, cualquier persona puede dejar un legado de su pasado sin la necesidad de poseer talento para la escritura o las artes visuales. Una cámara de vídeo es lo único que se necesita para capturar el mensaje, el momento y plasmarlo para siempre. Y aquí les pregunto a todos ustedes. ¿No es acaso ese afán de recordar del pasado en forma de fotos, escritos, vídeos, audios, una forma de evocación del tiempo pasado con algo grato?
Quién vive y habita esta tierra, tiene la capacidad de perpetuarse en el tiempo transmitiendo su vida y la de los suyos en archivos o discos de video digital. Podría decirse que se ha llegado a cierto nivel de la democratización de la escritura. Ya la gente que no tiene la paciencia, desocupe o lo que algunos llaman talento para contar historias en obras literarias, cine o fotografía,  lo pueden hacer contando su propia historia. Aquí la cámara de vídeo se convierte en la pluma del ciudadano común y corriente. Cualquiera empieza a contar historias con los momentos más felices que quiere preservar. ( ¿quién no tiene el vídeo de la primera comunión o matrimonio, grado o similares?) El pasado plasmado en las historias propias en forma de vídeo. ¿Para que leer las historias de otro si yo también puedo hacer las mías? Se podría decir que se convierte en uno de los grandes interrogantes de las generaciones actuales.

El conocimiento y las experiencias de todos los humanos armónica y anárquicamente compartidas en un espacio de libre acceso y demanda. Desde los primitivos trasmitiendo su experiencia en los relatos orales, la escritura en tipos de la imprenta, la fotografía el cine la televisión internet. El pasado y el presente ya no son temas del hombre de hoy. El futuro y poder viajar hacia él, es el próximo paso para que la humanidad se perpetúe, entonces ya las barreras del tiempo y el espacio habrán desaparecido y la experiencia humana será entonces eterna.

jueves, 19 de mayo de 2011

Tradición

Después de una larga ausencia regreso y no por tradición o costumbre, sino precisamente por todo lo contrario. Esta vez quiero hablar de la tradición, pero no para defenderla ni para crear una tradición que debemos cuidar nuestras tradiciones. No. Quiero atacar a esta tradición que se volvió una tradición aceptar todas las tradiciones por la única y simple razón de ser tradiciones.


Según el diccionario de la real academia española tradición significa “ Transmisión de noticias, composiciones literarias, doctrinas, ritos, costumbres, etc., hecha de generación en generación.” Un apersona tradicional, entonces es alguien que se ha limitado a transmitir lo mismo que le transmitió su generación anterior. La tradición va muy de la mano con conservación de las costumbres y ritos que la gente ha aprendido y le ha sido impartida desde muy joven. Una persona tradicional se puede decir que es una persona conservadora en todo el sentido de la palabra, conserva sus costumbres, su cultura, sus ritos, su lengua y así mismo los transmite.

Hasta este punto no hay nada de malo en las tradiciones y en los conservadores (en la política son los sujetos que han conservado la misma forma de hacer las cosas y las mismas viejas tradiciones). Yo me pregunto si realmente nos preguntamos del origen de las tradiciones. Yo creo que no. Y la respuesta es muy simple. La tradición está ligada con lo sagrado, con lo que no tiene explicación, con lo sobrenatural y muchos eventos a los cuales nuestros antepasados rindieron culto con un acto, cuento, celebración o rito que después sus descendientes se encargaron de seguirlo y perpetuarlo. Aquí los ejemplos sobran a montones. Pero les voy a dar un par para que me digan a que se debe la irracional tradición. Matar a un toro a cuchilladas ante una multitud ebria. Las religiones y todo su cuento mágico basado en unos libros sagrados que escribió hace un montón de tiempo y quien sabe de qué forma a través de quien. Ganarse el pan con el sudor de la frente. Las familias reales, peor aún sus súbditos. En muchas culturas las castraciones de las mujeres.

Hay una infinidad de estupideces que hacemos a diario por tradición y sin saber el origen y la explicación lógica racional del evento. Algunos dirán que ganarse el pan con el sudor de la frente, no es una tradición irracional; por el contrario dirán que es dignificante. Bueno yo digo que si fuera cierta esa tradición existiría trabajo y el sustento para todos en el mundo, pero no es así. En otro sistema y en otras condiciones todos tendríamos nuestro sustento sin trabajar. (Pero ese es otro tema del que no voy a hablar ahora).
Tradiciones para todo. En un mundo que se cree tan liberal (libre) y tan desarrollado,  desafortunadamente por la falta de pensamiento crítico y científico la gente hoy en día cree en la nueva era, aliens, ovnis, monstruos,  astrología, numerología y una infinidad de pseudociencias carentes de cualquier fundamento científico. ¿Por qué? Yo pienso que es más fácil creer en esas pseudociencias que pensar por uno mismo y tratar de encontrar el conocimiento o por lo menos aproximarse a el. La forma de lograr nuevos conocimientos es apartarse de las tradiciones y dejar de transmitirlas para poder lograr un verdadero conocimiento y una mente libre.  Para finalizar quiero dejarlos con una máxima de George Bernard Shaw que ilustra como funciona la tradición.
"Tradition is a lantern, the fool holds fast to her, the smart ones will light the way."

viernes, 21 de enero de 2011

I turned 35

Llegar a 35….
Para muchos es el comienzo de la vida, pero en realidad para muy pocos en este mundo es sólo llegar a la mitad  de la existencia en la mejor de los casos de las estadísticas.
Hoy me levanté de la cama y bueno miré al techo y pude comprobar que aún estaba vivo. Puede ser un poco dramático para muchos, pero para mí era como coronar otro peldaño en esa gran escalera de la conciencia terrenal a la que hemos llamado por unanimidad vida.
Sé que han sido un montón de días y ahora más noches que días, de pronto porque ahora vivo más en las noches de lo que lo hacía años atrás o porque en las noches vienen más recuerdos que en el día. También sé que han sido más los momentos agrios que los felices, pero por una alguna extraña razón esos momentos de felicidad han aplastado los momentos de menos gozo y alegría.
Si pretendiera llevar un inventario de los momentos buenos y malos en estos 35 años de ser o estar, seguramente los malos ganarían, claro, siempre y cuando se tratase sólo de hacer un inventario de días buenos versus días malos. En mi caso por lo menos, y creo que soy una muestra representativa de la humanidad, los días malos comparados con los días de felicidad se encuentran en gran desventaja numérica.  
Gracias a mi fe, credo, religión o eso inexplicable que me vuelve tan humano y da tantas ganas de vivir y de querer tener un mejor futuro, no hago esos balances tan matemáticos y tan exactos. Gracias a esa fuerza de querer repetir cada uno de esos días de felicidad que se encuentran en desventaja frente a los malos, y por apostar a lo que nadie apostaría con la intención incierta, pero esperanzadora de encontrar lo que quiero y deseo. Es por eso que 35 años no son sólo 12800 días…son el aprendizaje de poder disfrutar esos pequeños momentos de alegría que con el tiempo se ven disminuidos en días, pero son grandes en esperanza placidez.

martes, 11 de enero de 2011

. "STULTIFERA" COLOMBIA, análisis del libro historia de la locura de Michel Foucault.

Los extractos más antiguos que describen y profundizan en el tema de la locura los podemos encontrar en el “[1]Narrenschiff” de Sebastián Brant. En esta pieza se hace una comparación de la nave o barco con la nave de la iglesia y de forma satírica y brillante, Brant empieza a criticar el sistema religioso de la época y el texto a su vez sirve de inspiración a muchos reformistas como Calvino y Lutero. 
Este escrito parece ser uno de los primeros intentos desde el punto de vista de clínico que trata de hablar de la promoción de esta enfermedad, aunque en el principio no se hubiese catalogado como una patología propiamente.  La nave de los locos abre por primera vez  esa puerta que se encontraba cerrada entre locura y razón y se convierte en el motor inspirador de músicos, escritores, filósofos  y pintores.
Abrir la puerta que comunica la locura con la razón pudiera tener dos interpretaciones principales. La primera, que habla de dos opuestos, que se repelen y van en contravía uno del otro, pero que se complementan y ninguno de los dos tiene razón de ser sin la existencia del otro. La lucha eterna entre el bien y el mal puede compararse con la lucha entre la locura y la razón. ¿Cómo sabemos de la existencia del bien, si no conocemos el mal? El mismo Jesús expone un totalitarismo frontal en la lucha del bien contra el mal en su frase [2]El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama.” Analizando este pasaje que transcurre cuando Jesús expulsa a un demonio de una persona y cuando le explica a la gente que estos demonios al salir deambulan buscando reposo, pero al no encontrarlo regresan de donde partieron, pero al ver que la casa está en orden buscan la ayuda de otros espíritus malignos para poder entrar y al final el drama del hombre resultará peor. Esto nos da a suponer que es mejor tener un espíritu maligno, pero que lo podamos controlar, tener bajo control, dominado y no tratar de sacarlo para que venga con más furia con 7 refuerzos más y nos haga sucumbir en esta guerra del bien y el mal, de la razón y la locura.
En la segunda aseveración que conecta la locura con la razón, al contrario de la primera, está ya no lucha por la supremacía sino que es un camino que sigue la razón, un motor que la cuestiona y le ayuda a la razón a encontrar la verdad a través de las conjeturas y paradojas que la locura le pueda plantear. Al igual que la afirmación anterior, la razón sabe de la existencia de la locura, pero no quiere ejercer una  hegemonía sobre ella, sino que la utiliza para su beneficio y poder agrandar su poder y dominio sobre ella. El poder de la razón aquí consiste en ser un domador de la bestia. Ser el jinete que lleva las riendas, pero que necesita de su fuerza para que lo pueda llevar donde ella quiere.
Las dos afirmaciones anteriores plantean una relación estrecha razón – locura y cuando alguna de las dos se desborda sobre la otra puede traer resultados impresionantes.  ¿No son acaso las bellas artes desbordes de locura? ¿No es la palabra artista un eufemismo para llamar al loco expresionista?, ¿O no fue catalogado como loco el primer humano que dijo que los hombres llegarían a la luna?
¿Es la locura entonces es un gran viaje que nos muestra posibilidades infinitas de sensaciones y experiencias y que se manifiestan en música, pintura, escritura, arquitectura y todas las actividades de los humanos, pero de una manera no convencional, no admitida, no aceptada socialmente?.
O por el contrario, ¿es la locura es un estado encargado de agitar y cuestionar los órdenes establecidas por el gobierno , las costumbres, la cultura y la religión? Al parecer es esto a lo que se ve sometida la locura en la época posrenacentista y clásica cuando por las nuevas leyes promulgadas en el siglo XVII se le obliga a los locos a vivir en casas de trabajo llamadas hospitales generales. Los hospitales generales fueron sitios creados para tratar inicialmente la mendicidad y eliminar la pobreza por medio del trabajo duro en sitios destinados para este fin. Hasta aquí no tenemos ningún problema, salvo que la asistencia a estos sitios no era voluntaria sino una imposición que además contaba con el respaldo de la ley. Una práctica abominable donde el sistema policiaco fue el medio y la fuerza el escarmiento para los que se rehusaban o no cumplían con las normas. En este contexto, el loco fue uno de los personajes que más sufrió en esta época porque ya no podía deambular libremente en una nave de locos buscando un puerto para practicar su locura. Es en esta barahúnda de criminales, prostitutas, enfermos y rameras donde el hospital general lográ por medio de la fuerza persuadir a esta gente para que se someta al trabajo y salgan de la miseria. Pero el loco mientras tanto utiliza dos formas de expresar su locura y ellas son: la ociosidad y el cuestionamiento del orden.
La ociosidad, conocida más como la pereza, madre de todos los vicios, es encarnada en el loco y así mismo sufrirá las consecuencias de la fuerza en el sistema. El loco de la edad media nunca ha trabajado, ha vagado por el mundo de puerto en puerto y ha vivido siempre de la caridad y misericordia de la gente. Desde el punto de vista de la razón, el loco es un perezoso, flojo amigo de la pobreza. Para él, en cambio, la ociosidad es su forma natural de ver e interpretar la vida, es su estado natural. Esa ociosidad natural responde al estado originario de la creación misma que puso a Adán y Eva en el paraíso para que se suplieran de la naturaleza. El gran problema se originó cuando Adán y Eva retaron el orden establecido y probaron del árbol del conocimiento. Esto los hizo conscientes del bien y del mal y se manifiesta Dios de la siguiente forma [3]Al hombre le dijo: «Por haber escuchado a tu mujer y haber comido del árbol del que Yo te había prohibido comer, maldita sea la tierra por tu causa. Con fatiga sacarás de ella el alimento por todos los días de tu vida.”. El fin de la ociosidad del hombre es la condena que Dios promulga sobre Adán y Eva y esta condena es la que conocemos con el nombre de trabajo. El trabajo forzado y obligado que desempeñan los locos en los hospitales generales es desafiado con la ociosidad.
La ociosidad es entonces una forma  revolucionaria del cuestionamiento del orden establecido en los hospitales generales.

Aun hoy en nuestros días, no existe en el colectivo una forma adecuada, científica y moderna de tratar a la locura. En muchos pueblos de nuestro país existe el loco, el bobo y la puta del pueblo y en muchos sitios sufren el mismo grado de exclusión que sufre el ladrón y el marihuanero.  De acuerdo al escrito de Focault, en muchos lugares de nuestro país se le sigue dando un trato a la locura muy parecido al que se le daba en aquellos días cuando los locos eran aislados en los pueblos y luego eran mezclados con la plebe de la sociedad en los hospitales generales.  Evidentemente no existen Hospitales generales en Colombia como los descritos por Focault, pero socialmente e invisiblemente se ven en cada esquina y semáforo del País.
Al parecer el tipo de promoción y prevención de enfermedades que más se usa en Colombia es el usado en la Europa del siglo XVII en donde por medio de la represión y la reclusión se combatió la indigencia, la locura y algunas enfermedades venéreas en los hospitales generales.
“Muerto el perro se acabo la rabia” parece ser un refrán que describe las prácticas colombianas y no precisamente para el tratamiento de la rabia en perros. El régimen del terror aparece en Colombia influenciado por los hospitales generales de la Francia clásica del siglo XVII y su furor se da en el siglo XX. A diferencia de Francia, en Colombia, los locos, pobres, prostitutas y drogadictos fueron y siguen siendo víctimas de uno de los sistemas policiacos más sangrientos y crueles que existen en el mundo. En el régimen del terror, el que no opina igual o no está de acuerdo con el que ejerce el poder es sencillamente excluido de la sociedad y se le da el trato de traidor, apátrida, subversivo y por estos juicios es condenado, en el mejor de los casos al desplazamiento y al exilio. El hospital general en Colombia habita en el inconsciente colectivo de la sociedad y los locos y pobres se han convertido en los contradictores políticos, sindicalistas y activistas de derechos humanos, que día por día reciben un trato peor al recibido por los locos en la época clásica. En la época clásica por lo menos la vida era respetada de aquellos que desafiaban las normas y el orden social. Hoy día las desapariciones y las masacres son la herencia de aquellos tiempos del siglo XVII, pero al estilo colombiano. La locura ha traspasado los límites de razón y sin razón en este país, se podría decir entonces que la locura ha triunfado sobre la razón, porque de lo contrario para mi es imposible explicar desde una perspectiva racional, como pasan y siguen pasando toda esta cantidad de hechos abominables y atroces en una sociedad que se hace llamar, democrática y posmodernista. Sencillamente en Colombia, la locura ha ganado gobierna a sus anchas y aplasta la razón en cada oportunidad que tiene, porque sabe que si no es así tiene el riesgo de perder su dominio.


[1] Narrenshiff :La Nave de los Locos, Escrita por Sebastian Brant en 1497
[2] Evnagelio según Lucas, Cap 11 ver 24.
[3] Biblia, Génesis capítulo  3 versículo 17