jueves, 12 de agosto de 2010

Un día de recreo que me decidí.

Recuerdo aquel día a la hora del recreo cuando decidí no jugar como de costumbre el partido de fútbol con mis amigos y en cambio me arriesgué a  hablarle a la niña más bella del colegio, supe que mi vida cambiaría, y así fue. De no haberme atrevido a hablarle seguramente hubiera podido disfrutar muchos partidazos con mis amigos y hubiera podido hacer muchos goles en los recreos. Pero ese día hice lo que todos querían, pero nadie se atrevía. Gracias a ese acto, temerario para mi edad, logré llamar su atención y la de todo mi colegio. 
Mis amigos al principio no me querían porque les hacía falta en el equipo, pero en el fondo yo sabía que ellos querían también estar en mi lugar. Algunos meses más tarde muchos de mis compañeros de equipo que jugaban conmigo empezaron a juagar menos  y  a charlar más con las niñas.
 Aquel día comprendí tres cosas: la primera ya no era un niño, la segunda, gracias a que me atreví, logré que la niña más linda fuera mi novia y la tercera no tuve que esperar unos meses como mis compañeros para experimentar  lo que estaba viviendo en ese primer momento en que decidí cambiar mi balón de fútbol por su agradable compañía

martes, 10 de agosto de 2010

El Primer Blog

El primer blog de Gafaricosas surge como una necesiadad de liberar pensamientos y virus cerebrales que me atacan todas las noches. Aunque es de noche y sé que nuevamente van a atacarme, debería entonces escribirlos en las madrugadas o en las mañanas, pero prefiero escribir en la tranquilidad de la noche y lograr dormir un poco. Aunque escribir en primera persona no ha sido una de mis mejores habilidades, voy a  usar este medio para lograr articular algunas ideas y pensamientos o estupideces, pero que se entiendan en primera persona y el, o la que lea esto (mi esposa ) entienda una introspección  tan dificil de expresar cuando hablamos (por aquello de no tener el tiempo para pensar y sentir cada palabra), hay gente que lo puede hacer, yo no.

He pensado en "Gafaricosas" haciendo la apología a aquella historieta de infancia de nombre Condorito y que siempre incluía una sección que se llamaba condoricosas y generalmente aparecía el pajarraco haciendo un poco de cosas muy raras entre chistosas y sin sentido. Pues con Gafaricosas pretendo comunicar esos recuerdos de infancia y compararlos con lo que pasa hoy a veces con sentido y a veces con algo de humor, siempre que se pueda.