martes, 14 de agosto de 2012

Sobre las tareas a los niños

Cuando tenía la edad de ir al jardín me acuerdo perfectamente que iba con mi tío de mi misma edad desde las 12 del medio hasta las 4 de la tarde en la escuela 28 de febrero en la ciudad de Cúcuta. En aquella época ir al jardín infantil era una experiencia divertida y relajada. Para empezar no teníamos que pegarnos esos madrugones a las 5 ó 6 de la mañana como los niños de nuestros tiempos. Al jardín nos íbamos caminando, saltando y corriendo y la preocupación más grande era no ensuciar el uniforme ni llenar de tierra los zapatos. Los niños de hoy, a parte de que salen de noche de la casa, medio dormidos y con un frío tremendo se enfrentan desde ya al tráfico y a la contaminación.  Si todavía no han llegado al jardín y todo lo que ha pasado en la vida del pobre infante.

Yo me acuerdo que sólo iba a colorear, plastilina, juegos, cantos, recreo, siesta y molestar con mi tío y los demás. Cuando nos recogían a eso de las cuatro, llegábamos a la casa a ver tele y luego a jugar en la calle con el resto. Nunca supe sobre las tareas en esa época.  Los de ahora, si claro hacen plastilina y colorean, pero además ya les están enseñando a sumar, multiplicar les dejan un montón de tareas que nunca quieren ni pueden hacer. Al final son los padres quienes terminan haciendo las maquetas de la fundación de la ciudad, los recortes, la escarcha, la acuarela, el tejido en palillos y cuanta cosa se les ocurre en los colegios. Los padres además de un día de trabajo en vez de llegar a hablar y consentir a los pequeños se encuentran con que tienen que salir de urgencia a comprar materiales para las tareas y bueno esas es otra historia.

 Yo me pregunto, ¿Qué no vamos a tener toda una vida llena de tareas y responsabilidades? Yo me resisto a este tipo de educación a tan temprana edad.¿ Al final para que aprender tanto desde tan niños? ¿ para que perder el tiempo en estupideces que a tan corta edad no le aportan nada al niño, en cambio generan stress y carga emocional?. La verdad invito a los que son padres de niños de jardín a que en vez de hacer las tareas, se pongan a jugar con ellos, les cuenten una historia, los abracen, los mimen, les digan los mucho que los quieren y sobre todo, les enseñen que  por saber o conocer más no van a ser más felices. Esos dos a tres añitos que dura el jardín no los harán más genios o más sabios por la cantidad de tareas que hagan con ustedes, pero si los hará más felices cuando pase el tiempo y ese quizás sea el único recuerdo feliz de una existencia que cada día se pondrá más complicada y con menos tiempo para expresar lo que sentimos de una manera tan fresca y limpia. Para los niños el futuro es hoy y no mañana. No se lo dañemos tan temprano

sábado, 10 de marzo de 2012

Para triunfar en la vida y en los negocios

  (tomado de Alfonso Rosales, viejo mamador de gallo, querido y sabio)

Debe ser o aparentar porcentualmente los siguientes puntos.

1.       Gozar de buen humor                    15%
2.       Fluidez verbal                                15%       
3.       Permanente hipocresía                   15%
4.       Saber dar bueno consejos              10%
5.       Ser muy cumplido en todo              10%       
6.       Con disimulo ofrecer y no cumplir   10%
7.       Usar cara triste en ocasiones            5%
8.       Usar cara alegre en ocasiones          5%
9.       No demostrar ambición                    5%
10.   Saludar con alegría                           5%
11.   Despedirse con cariño                      5%

Cumpliendo estos porcentajes es muy posible que triunfes en la vida y en los negocios

lunes, 27 de febrero de 2012

Presión

Presión.



Hoy quiero referirme a este punto porque realmente muy pocos conocemos el verdadero significado de este término. Métale presión, ejércela presión, presiónelo. Todos estas expresiones son muy buenas y funcionan rebien cuando lo hacemos con animales o metemos la carne en la olla a presión. Las locomotoras funcionan excelentes con buena presión.

De un tiempo para acá existe una idea de management y que hasta aparece en los perfiles de búsqueda de candidatos de muchas empresas. Palabras más o menos publican lo siguiente “debe trabajar bajo presión”. A mi lo único que me provoca este requerimiento es una profunda risa que se confunde con un deseo inmenso de mandar al carajo el más absurdo y estúpido de los requerimientos para un perfil de cargo de alto ejecutivo. ¿Qué es esa vaina de trabajar bajo presión? ¿Será que es aguantarse al jefe al jefe y a los clientes cuando no tienen la razón, trabajar más de 10 horas al día, sacrificar el tiempo de la familia por el de la empresa? ¿Que carajos es trabajar bajo presión? Si una cabeza con presión lo único que puede producir es un dolor de cabeza que no me va dejar pensar ni razonar y con mucha suerte podré conciliar el sueño.








Es que yo me pregunto, si Arquimedes se estaba bañando cuando se le cayo el pedazo de metal y pronució su gran “eureca” al descubrir que el peso de un cuerpo, dividido su peso aparente al ser sumergido en agua, es una propiedad que hoy conocemos con el nombre de densidad. La única presión que esta persona ejercía era la que le hacía a su pluma para escribir sus pensamientos y teorías.

Isaac Newton estaba pensando libremente sin presiones, cuando de repente le cae una manzana en la cabeza y este sencillo y singular evento se convierte en el disparador de lo que después se conocerá y se conoce aun en nuestros días como la ley de la gravedad.

Señores reclutadores de talentos y ejecutivos, si siguen buscando gente que trabaje bajo presión, lo mejor es que se consigan unos asnos para que resistan los golpes y los juetazos y caminen y obedezcan, pero eso si, olvídense de las buenas ideas. La supuesta presión no es otra cosa sino la reacción irracional cuando no existe ningún tipo de argumento para responder a una situación adversa. Una condición básica para el pensamiento es la tranquilidad, para que esta a su vez se pueda transformar en concentración y de esta forma se pueda articular un par de ideas que unidas se conviertan en una buena idea.

Cuando alguien me vuelva a hablar de trabajar bajo presión, voy a contestarles “pensé que ustedes necesitaban buenas ideas”.